La corrosión y oxidación son dos términos que a menudo se utilizan indistintamente, pero no significan lo mismo. Aunque a primera vista pueden parecer procesos similares, existen diferencias reseñables entre ambos. Entender cada uno de los conceptos es fundamental, además de para la prevención y tratamiento adecuados, para garantizar la longevidad y eficiencia de la tornillería, los materiales y equipos industriales. Sigue leyendo y descubre la diferencia entre corrosión y oxidación.
¿Qué es la oxidación?
Cuando hablamos de oxidación nos referimos a un proceso químico que implica la transferencia de electrones. Esto se conoce como reacción redox y puede ocurrir en otros materiales y sustancias, además de los metales. En términos generales, la oxidación implica la pérdida de electrones de un elemento al reaccionar con el oxígeno. Un ejemplo clásico es la formación de óxido en el hierro cuando se expone al aire y la humedad.
¿Qué es la corrosión?
La corrosión, aunque puede parecer un concepto similar a la oxidación, se produce cuando un metal se deteriora debido a reacciones químicas o electroquímicas con su entorno. Existen varios tipos de corrosión, pero las más comunes son la corrosión galvánica y la corrosión por picaduras. El primer caso se produce cuando dos metales diferentes están en contacto en un entorno húmedo, lo que provoca que uno de ellos se corroe de forma más rápida. Un ejemplo de corrosión galvánica es el acero en contacto con el cobre, donde el acero se corroe más rápido que el cobre.
Por otro lado, la corrosión por picaduras se caracteriza por, como su propio nombre indica, generar pequeños agujeros o picaduras en el metal llegando a dañar la superficie. Generalmente se produce por daños mecánicos, impurezas en el metal o presencia de químicos agresivos.
Diferencias entre corrosión y oxidación
Ahora que ya conocemos ambos conceptos por separado, podemos decir que la corrosión implica alguna forma de oxidación, mientras que no toda la oxidación da lugar a corrosión.
Otra cuestión a tener en cuenta es que la oxidación puede ocurrir en una gran variedad de materiales, mientras que la corrosión se limita únicamente a los metales y tiene un impacto más directo a nivel estructural. Además, la oxidación se puede producir sin presencia de agua, mientras que la corrosión se da en entornos expuestos a oxígeno y humedad.
Es importante aplicar las medidas necesarias para hacer frente a estos dos procesos de deterioro en tornillería y otros materiales, y así mantener todas sus propiedades desde el inicio. En los sectores de tipo industrial se debe prestar especial atención al cuidado y mantenimiento de las propiedades de los productos, ya que la aparición de oxidación y corrosión puede repercutir en la funcionalidad y seguridad de los mismos.
Elegir los materiales adecuados de los elementos de tornillería es indispensable para garantizar aplicaciones longevas y resistentes a la corrosión y oxidación. La gama de tornillería inoxidable en acero inoxidable A2 (AISI 304) y A4 (AISI 316) es perfecta al adaptarse a todo tipo de proyectos.
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